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lunes, 3 de agosto de 2015

Visita a la Granja

El domingo mi señor esposo libraba, en mi casa no hay piscina , dos niños en plena explosión y el calor en Madrid se hacía insoportable......

No nos podemos quedar en casa... me repetía una y otra vez en mi cabeza!!!!

Y de repente me acordé.... dónde nos llevaba mi abuelo todos los años en verano? de excursión a la Granja y nos contaba mil y una historias de las princesas que habrían corrido y jugueteado por esos jardines.


En ese momento hubiéramos llevado la tortilla de mi abuela y el agua que hubiésemos recogido en una de las fuentes de subida a Navacerrada... pero en esta ocasión no daba tiempo, con coger un poco de fruta, zumos y unos bañadores por si acaso encontrábamos algún río era suficiente.

Para llegar allí se pueden ir por varios caminos, nosotros escogimos subir el puerto de Navacerrda, y bajar directos a la Granja pasando por Valsaín... un pueblo con unas casas de madera preciosas, el viaje se hace bastante entretenido ya que el paisaje es increíble, encuentras vacas en el arcén y el olor a pino lo embriaga todo.

Una vez allí, bastante fácil para aparcar, entramos en los jardines y como no, les conté a mis hijos las aventuras de princesas que tantas veces había escuchado en mi infancia, los dos como locos corriendo y disfrutando del entorno.

Dentro de los jardines, también tenéis las fuentes, la piscifactoría, un laberinto y mucho espacio para el desfogue de los peques, todo esto en gratuito, solo tenéis que pagar si queréis entrar en el palacio, opción que os recomiendo, ahora mismo hay obras en algunas fuentes pero aún así siguen siendo preciosas.


El pueblo, en si mismo merece la pena visitarlo, casas antiguas y callejuelas para perderos, sin olvidarnos de su gastronomía.... está claro comimos cochinillo y judiones de la granja.

De la granja sale una carretera a Segovia, en una de las rotondas hay un submarino amarillo y una indicación -Pantano del Pontón-

Llevamos bañadores, verdad???? pues a refrescarnos!!!! hay bastante sitio para aparcar y luego tienes que ir andando pero hay un paseo de fácil acceso, hay indicaciones de no bañarse cerca de la presa y la distancia de seguridad está separada por una boyas naranjas que divide el pantano en dos.

Estuvimos bañándonos en un espacio increíble con muy muy poca gente y rodeados de kilómetros de poleo que olían estupendamente, no cubre mucho por lo cual es genial para los peques de la familia pero siempre hay que estar pendiente de ellos y más en un sitio así que no sabes si hay algo desconocido.



Paseito por Segovia, acueducto, Alcázar, plaza mayor y de vuelta a casa.

Los niños llegaron rotos... y nosotros más, pero todos felices por haber pasado un gran día en familia.



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